Empieza hoy el verano en el hemisferio norte y para celebrarlo hemos trasladado un característico elemento de la playa a un sencillo DIY, consiguiendo con ello el collar más estival y bonito que lucirá este verano al sol.
A nadie le habrá pasado desapercibido esos pequeños y perfectos agujeros que suelen tener muchas conchas en las orillas de las playas y que parecen hechos a propósito para realizar colgantes. Nosotros vamos a darle precisamente esa utilidad a esos agujeritos pero, en realidad, conviene saber que estos están hechos por un tipo de caracol depredador, capaz de disolver la concha con su saliva, con el único propósito de acceder al interior del habitáculo y devorar al molusco que habita dentro. No podemos menos que agradecer al voraz caracol su trabajo y tras proveernos de varias de estas conchas, seleccionar aquella que nos parezca más bonita.
Necesitaremos también unos 80 cm de cordón. En este caso, hemos utilizado cordón de seda, también llamados cola de ratón, pero para nuestro propósito serviría también cualquier otro tipo de cordón fino. Para empezar, pasamos el cordón por el agujerito de la concha y realizamos un nudo tal y como vemos en las imágenes de abajo, ajustándolo luego bien al borde de la concha.
Ahora vamos a hacer dos nudos corredizos de forma que la gargantilla se agrande para poderla pasar por la cabeza, y luego se estreche para que pueda ajustarse al cuello. Empezamos colocando los extremos del cordón tal y como vemos en las imágenes de abajo. La realización del nudo corredizo es idéntica en cada extremo.
En la imagen de arriba he marcado con una estrella la punta del cordón. Ahora se trata de pasar esta punta por debajo de los dos hilos y dar dos o tres vueltas a todo el conjunto. Deberás usar una mano para dar las vueltas al cordón, mientras que con la otra sujetas la disposición de la lazada.
En la imagen de arriba a la izquierda, hemos dado ya una vuelta al cordón. En la imagen de la derecha hemos dado ya una segunda vuelta y ahora, para rematar el nudo, se trata de pasar el extremo por debajo y hacia adentro del lazo tal y como muestra la misma imagen superior derecha. Apretamos bien el nudo y comprobamos que el cordón se desliza fácilmente tirando de él. En las imágenes de abajo puedes ver el resultado final.
Tendrás también que cortar los extremos casi al ras del nudo y, una vez cortados, para evitar que se deshilache el cordón, quemarlos con un mechero, acercando el fuego apenas un instante.
Y una vez acabado el collar, ¡así lo luce este pequeño y guapo viruta en la playa!
Espero que esta idea os haya servido y os ayude a pasar algunas tardes de verano haciendo estas gargantillas para toda la familia y amigos… ¡Seguro que os lo agradecerán!