Estas mochilas personalizadas con el nombre son el perfecto regalo para cualquier niño y tan fáciles de hacer que no hay excusa para no intentarlo. Para esta en concreto hemos aprovechado diferentes retales de tela que, combinados entre sí, nos han dado este divertido resultado de perritos dálmata bomberos.
Empezamos por la parte de atrás y partimos de un rectángulo de tela lisa, amarilla, de unos 48×38 cm en este caso, lo que nos dará una mochila de un tamaño final de 42×36 cm. Por supuesto podéis modificar estos tamaños.
Como véis, en cada extremo superior de la mochila formamos hacia adentro unos triángulos, y pasamos una costura al borde de los mismos para fijarlos. Doblamos la tela para realizar un dobladillo hueco por donde podremos pasar al terminar, el cordón que cerrará la mochila.
Para la parte de delante hemos combinado diferentes telas cosidas entre ellas. La preparamos de la misma forma que la trasera, es decir, metemos dos triángulos hacia dentro por los extremos y realizamos el dobladillo para pasar el cordón. El resultado por la parte visible:
Ahora preparamos las aplicaciones que vamos a coser en la mochila. Aprovechamos recortes de la tela para encajar los perritos en piezas de puzzle, y, para las letras del nombre ARNAU, aprovechamos un bajo de unos jeans. Atención que a la hora de hacer las aplicaciones de letras, éstas se deben dibujar sobre la flixelina invertidas, como si las viésemos en un espejo. En las letras de ARNAU, el mejor ejemplo es la R ya que el resto de letras presentan un eje de simetría y depende de la fuente utilizada pueden no mostrar cambios invertidas.
Y pegadas y cosidas las aplicaciones, este es el resultado:
Ahora pasamos un único cordón de 160 cm aproximadamente, por los dos dobladillos huecos que hicimos en las dos caras de la bolsa, siguiendo el esquema siguiente. Como veis el cordón pasa una vez por un dobladillo y dos por el otro. Esto permite que al tirar de los extremos, se frunza la abertura consiguiendo el cierre de la mochila:
Una vez tenemos el cordón pasado, enfrentamos las dos caras de la bolsa y, antes de coser los 3 extremos abiertos, procedemos a formar las asas de la mochila. Para ello, fijamos cada extremo del cordón entre las dos telas de la mochila, a unos 10 cm por encima del fondo de la bolsa. Lo fijamos con alfileres en cada extremo en esa posición y a la hora de coser los laterales, nos aseguramos de que el cordón, por ambos lados que en la parte interna de la costura. En la imagen de abajo podéis ver como sobresale una punta del cordón por el lado izquierdo.
Los dos laterales, por la parte superior los cosemos solo hasta donde empieza el pliegue del triángulo. Esto nos permite tener mayor holgura en la abertura para meter y sacar cosas de la mochila. Fijaos en las flechas azules de la imagen superior.
Cosidos los 3 extremos ya solo nos queda dar fondo a la bolsa. Para ello formamos dos picos en la costura inferior, el fondo, tal y como muestra las imágenes:
Con esto hemos conseguido que por la parte externa la bolsa luzca así en el bajo, y al llenarla, quedará con una forma mucho más bonita:
¡Y mochila completada! ¡Finalmente, la mochila luce así de bonita!
Aunque en rojo y para Bastián, tampoco queda mal el resultado: